Descripción enviada por el equipo del proyecto. La vivienda se encuentra dentro del Conjunto residencial Las Islas en el barrio de Arturo Soria que construyó el arquitecto Miguel Oliver Pérez en 1980. El complejo es especial porque todos los bloques de viviendas se proyectan en torno a una gran pradera. Cuando recibimos el encargo de este proyecto la obra ya había empezado y nos pusimos a trabajar en los acabados y colores que acabarían aportando la personalidad y el carácter a la vivienda. La casa es un ático donde la planta baja alberga todos los usos de día: salón, biblioteca, cocina, estudio y una terraza que se había incorporado a la casa anterior pero que los clientes decidieron volver a recuperar. En la planta alta encontramos la zona de juegos, los dormitorios y una gran terraza.
El proyecto decidió recuperar la estructura de hormigón dejándola vista y trabajar con un lienzo en blanco para que el color y la materialidad pudieran complementar la limpieza de las formas definidas por Miguel Olivier en los 80s. Nuestra primera aproximación fue diseñar todos los armarios de la entrada ocultos y hacer protagonista al tirador que recorre todos los armarios y se acaba convirtiendo en la barandilla de la escalera. El encuentro perfecto entre carpintería de madera y de cerrajería de metal. En la planta baja la cocina juega un papel fundamental con una personalidad muy fuerte, por el damero en granate y beige en contraste con el azul, y buscaba estar abierta al salón-comedor pero tener la posibilidad de cerrarse. Por eso decidimos proyectar unas puertas correderas con unas boiseries en damero que complementaran al color granate del suelo de la cocina. La chimenea era la encargada de dividir la librería del salón, por eso gana todo el protagonismo y el travertino rojo le aporta la rotundidad como si se tratase de una villa italiana. La zona de la librería se concibió como un espacio total look en madera teñida con una cuadricula grabada que reitera la importancia de este motivo a lo largo de toda la casa, y que ocultase la puerta del aseo. Las puertas de paso y de armarios también con un diseño ad-hoc, juega con las luces y sombres que general los volúmenes y grabados. Esto mismo ocurre con el rodapié curvo que encontramos a lo largo de toda la casa.
En la planta primera, la forma circular de la barandilla y el color azulado se adaptan al plano vertical generando una superficie extruida con mucho volumen y materialidad que hace que las puertas resalten por su complejidad. Este sistema se adapta también al cabecero del dormitorio y otros detalles de la vivienda. La terraza, también en un juego de damero en dos tonalidades de barro necesitaba protegerse del sol sin necesidad de ocultarlo por completo por eso decimos rescatar la idea de contraventana mallorquina y lacarla en un color tierra. Los acentos de color y mezcla de materiales acaban contrastando con este proyecto brutalista de Oliver pero conviviendo en harmonía, encontrando así, el equilibrio entre arquitectura e interiorismo.
